Desde que August Weismann hizo público el experimento de cortarle la cola a los ratones.
Lo que he leído sobre Kammerer me ha convencido de que efectivamente fué un falsario, pero tengo buenos motivos para pensar que sus fraudes no fueron tan numerosos ni tan grotescos como afirman sus detractores.
Realidad y ficción en Paul Kammerer. La historia de Kammerer me ha parecido un buen punto de partida para examinar los respectivos méritos del lamarckismo y el darwinismo; sobre todo, me ha proporcionado una base bastante sólida para afirmar que el darwinismo moderno está muerto, y que sólo puede volver a la vida rescatando la doctrina original, en el sentido de fusionarla con el lamarckismo.
Por lo que toca al concepto de selección natural, cuánto más se esfuercen los biólogos en mantenerlo como si fuera una joya valiosa tanto más se estarán exhibiendo como científicos torpes e incapaces de entender como es que el progreso de la ciencia desmiente constantemente su retórica, elegante y ampulosa pero siempre vacía. Para evitar confusiones, en este libro no hablo de los genes CRISPR, ni de cómo el lamarckismo se ha transformado en un vigoroso programa de investigación. Por desgracia, las controversias sobre la validez del darwinismo son temas muy extensos, y en esta ocasión sólo he tocado la parte histórica que corresponde a Kammerer incluyendo, además, las investigaciones modernas sobre los temas relacionados con sus experimentos. Aún así, creo que los interesados en estas controversias encontrarán en mi libro, y en las lecturas abajo sugeridas, material suficiente para enriquecer su conocimiento sobre los avances que ha logrado la doctrina evolutiva moderna. Aquí dejo los enlaces a mi libro y a otras páginas de internet que ofrecen un variado abanico de opiniones sobre estos asuntos.
Comments